Muchos estaban expectantes por los resultados en general y el avance de las extremas derechas en particular, pero no se produjeron cambios sustanciales. La extrema derecha creció en los países centrales, pero retrocedió en Escandinavia y en otros países donde había ganado, gobernado y fue evaluada por la población. El Partido Popular Europeo mantendrá la primera minoría y el control del Parlamento, y se mantiene, salvo por la derrota de Macron, la corriente belicista que implica buscar la paz en Ucrania financiando la guerra.
Parlamento Europe (Onda Cero Radio)
Las elecciones europeas de 2024 tienen implicaciones profundas no solo a nivel continental, sino también en el ámbito nacional y mundial. Estas elecciones determinan la composición del Parlamento Europeo, una institución clave en la gobernanza de la Unión Europea (UE), y reflejan las tendencias políticas emergentes que pueden influir en la dirección futura de Europa y del mundo.
El Parlamento Europeo es la única institución de la UE elegida directamente por los ciudadanos de los estados miembros. Sus integrantes, conocidos como eurodiputados, son elegidos cada cinco años en elecciones transnacionales. Desde su primera elección directa en 1979, el Parlamento ha evolucionado significativamente, ganando poder y autoridad en la legislación europea. Actualmente, cuenta con 720 eurodiputados que representan a los 27 países conformantes. Estas elecciones marcan la novena ocasión en que los ciudadanos votan directamente a sus representantes, con una participación ligeramente superior al 50%, un aumento respecto a 2014. Se compara con las penúltimas elecciones, y no las elecciones de 2019, porque estas últimas fueron en conjunto con las elecciones nacionales en varios de los países miembros.
Muy pocos minutos después de conocerse los resultados oficiales del domingo pasado, las elecciones comenzaron a generar noticias con impacto relativo en cada país y en todo el continente.
El presidente francés Emmanuel Macron enfrenta una crisis política que la reciente elección europea amplificó, con su partido obteniendo solo el 14% de los votos frente al 38% de la extrema derecha. Macron enfrenta esta derrota y una creciente desilusión con su liderazgo, además del aumento del apoyo a los partidos de extrema derecha, con la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria anticipada a elecciones para una nueva conformación.
En Alemania, el panorama político se ha transformado drásticamente. La extrema derecha no solo derrotó al oficialismo, sino que también emergió como la segunda fuerza política. Este cambio refleja un apoyo significativo en sectores trabajadores y jóvenes, y en las regiones orientales del país.
La ultraderecha también celebró victorias importantes en Austria, donde obtuvo el 25.5% de los votos, y en Italia, donde el partido de Giorgia Meloni aumentó su cuota del 10% al 24%. Sin embargo, el partido de Matteo Salvini sufrió una caída del 22% al 8%, poniendo en riesgo la alianza entre estos dos partidos.
Contrariamente a la tendencia en Europa occidental, la derecha sufrió derrotas significativas en Escandinavia y Europa oriental. En Finlandia y Suecia, así como en Polonia y Hungría, los partidos de derecha no lograron los resultados esperados. Este contraste resalta la diversidad política dentro de la UE. Mientras tanto, en Dinamarca, la izquierda verde emergió victoriosa, marcando un cambio hacia políticas más progresistas y ambientalistas en el país.
El Partido Popular Europeo (PPE) logró mantener su posición como la primera minoría en el Parlamento, y es muy probable que la alemana Úrsula von der Leyen del Partido CDU logre el apoyo para mantener la presidencia del organismo.
El crecimiento de los partidos de extrema derecha en Europa occidental se produce en torno a su escepticismo hacia la inmigración y el globalismo, aunque están divididos en otros temas clave como el papel del estado y la política exterior. Las principales agrupaciones incluyen a la CRE de Meloni y Vox, y la Identidad y Democracia (ID) de Le Pen, con partidos afines en Alemania y Hungría.
El avance de las fuerzas extremistas ha generado preocupación por el posible impacto en la política y la cohesión social de Europa. La renuncia de Yolanda Díaz, presidenta de Sumar en España, es un ejemplo de las tensiones internas que enfrentan los partidos progresistas ante este avance.
Las elecciones europeas de 2024 no han permitido procesar un creciente descontento con la guerra en Ucrania y las consecuencias económicas que este conflicto conlleva para las clases medias y trabajadoras del continente. Tampoco se ha atendido una creciente manifestación en contra de las acciones militares de Israel en Palestina.
Nueva Conformación del Parlamento
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